domingo, 14 de marzo de 2010

Antojo de un Dios...


Cielo azul respóndeme... he de saber
por que me diste a mi tan triste papel
tanta luz no deja ver y tal vez
debieras darme a mí lo que no tendré

Mi destino cambió, quizá se enredó al antojo
de un dios hiriendo mi corazón

Y yo aquí, hasta el final le soy fiel
le doy mi vida, donde este, noche y día...
y aunque sé que mi ser jamás la alcanzará
me da igual, pues con solo saber
que mañana la veré me basta

Solo un dios podría ser tan vulgar
y a la vez tan cruel por una mujer
y mi alma se cegó, sabe que jamás podrá
volver a ver la luz del sol
La amaré, la honraré, solo en sueños la tendré

Sufriré, lloraré... por su vida velaré
Cuando muera, moriré...

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